M1ML

Un dispositivo sensorial y autosuficiente propicia que el paseante desconecte de sus rutinas. La presencia del elemento, el aroma de las plantas, la luz y el sonido atraen a los visitantes que al aproximarse activan un sistema de audio construido a partir de entrevistas a representantes de distintos colectivos que transmiten su visión del Barrio de Santa Cruz. El dispositivo funciona entonces como elemento de información y expresión.

La dimensión física de M1ml es la de un dispositivo sencillo, aunque de máxima artificialidad, puesto al servicio de la naturaleza: jaulas leves de metal que sostienen bandejas sobre las que se instala un sistema de riego y bajo las cuales se colocan dispositivos de iluminación. Dentro de las jaulas, macetas de cinco especies aromáticas autóctonas romero, lavanda, tomillo, jazmín y dama de noche.

La dimensión virtual de M1ml es un dispositivo igualmente sencillo: webcams que registran los acontecimientos que se producen en torno al dispositivo físico, enviando imágenes a una plataforma web para conformar un registro de la intervención. Dentro de la plataforma, se crea una nueva memoria colectiva en torno al objeto cuyo uso a modo de postales impulsa el desarrollo de las plantas, al iluminarlas durante la noche.

La interacción entre ambas dimensiones, física y virtual, se produce en la plaza de la Alianza en el barrio de Santa Cruz de Sevilla: auténtico epicentro turístico de la ciudad, modelo de la “Sevilla eterna” que paradójicamente cuenta con menos de un siglo de antigüedad. Tratándose de una memoria, la del barrio, altamente manipulada por los intereses turísticos que confluyeron en la celebración de la exposición de 1929, el propósito de crear memoria, afectos y experiencias a través de una activación sensorial efímera del espacio público como pretende M1ml adquiere una absoluta coherencia.

M1ml plantea una cuestión fundamental: motivar, a través de la percepción, la experiencia sensible y el cuidado, una exploración lúdica en las posibilidades y las limitaciones en el ejercicio de la corresponsabilidad por parte de la ciudadanía, teniendo como objeto el fragmento de naturaleza encerrado en la instalación. En este sentido, no se hace sino actualizar las propuestas que desde el siglo XIX, y especialmente desde la tradición paisajística estadounidense, se hicieron por introducir la naturaleza en la ciudad a través de parques públicos, con el caso extraordinario de Central Park como ejemplo.

Conceptos como lo público, lo natural, la democracia, que fueron utilizados como lemas que alentaban el progreso social hace 150 años, quedan reformulados como lo compartido, lo híbrido y la corresponsabilidad: la lucha en su día emprendida por los Estados ha de ser continuada por individuos agrupados en colectivos solidarios, y en ese sentido, el valioso aporte de M1ml es la imaginación de hasta adónde este nuevo reparto de lo sensible podría conducir.

La disgregación final de la instalación, repartiendo sus macetas entre los habitantes del barrio, es la confirmación de la belleza de su condición germinal.