Río Guadalmedina, apropiación y regeneración. Arte y vida urbana.

Río Guadalmedina, apropiación y regeneración.

date 2012

Desde sus orígenes, Málaga ha sido una ciudad que se ha conformado entorno al Río Guadalmedina con sus pros y contras. Hasta mediados del siglo XX la ciudad sufría inundaciones, hasta que en 1983 se corta el cauce construyendo dos presas: Agujero y Limonero; y canalizando el último kilómetro. Esto da lugar a la sequía del río, anulando su relación con la ciudad y provocando el abandono de su entorno. Actualmente el Guadalmedina no es ni un río, ni forma parte de la ciudad; es un espacio abandonado que necesita ser repensado para reactivarse.

A lo largo del tiempo se ha ido generando una conciencia social en la que, a través de iniciativas ciudadanas, se intenta dar solución a los problemas existentes. Los propios vecinos son los que se encargaron de impulsar el uso de ésta zona mediante intervenciones creativas. Esto originó un cambio que llegó a ser un tema político. Se pretendía regenerar la zona mediante una serie de concursos pero ninguno de ellos se llevó a cabo, ya que el río podría volver a inundarse en época de lluvia o por una futura apertura de las presas, por lo que el Ayuntamiento dejó en manos de la propia ciudad la reactivación del Guadalmedina y sus alrededores con intervenciones temporales. En consecuencia surgieron varios colectivos como los Decrepit Crew, que se apropiaron del lugar dándole un nuevo uso, en este caso un skate park el cual se convirtió en un espacio de concursos de marcas tan reconocidas como Vans, DC, Monster o Rock´Star que concentraron a cientos de personas. Aquel sitio abandonado se ganó a los vecinos. Vieron la posibilidad de utilizarlo para otros deportes y en paralelo empiezan a surgir campeonatos vecinales de vóley, bicicleta, running e incluso aeromodelismo.

A mediados de 2015, los muros del río empezaron a utilizarse como medio donde plasmar ideas. Surge el arte urbano en el tramo final del río convirtiéndose en un punto de encuentro de grafiteros como Ben Eine, Okuda, Remed Felipe Pantone o Javier Calleja, todos grafiteros internacionales de reconocido prestigio. A esto se le suma la creación de un nuevo puente que conecta el barrio, y que revitaliza el río gracias a sus colores vivos. Es justo en este momento cuando empiezan a surgir noticias con titulares como “El Guadalmedina, a todo color”.
El río empezó, por tanto, a cobrar actividad y a ser parte de la ciudad. El Guadalmedina es justo lo que los vecinos necesitaban, un gran espacio libre que pudiese ser utilizado de multitud de maneras.

Texto: Escobar Usabal, Rosa. Fernández Garrido, Rafael. Martínez Segovia, Alejandro.
Imagen: Sergio Álvarez.