En julio del 2001 se produce la acción creativa en la Alameda de Hércules, VILLARDILLA, COJUNTO RESIDENCIAL. Fue el cenit tras un largo proceso de acciones reactivas contra el proyecto municipal de localizar un aparcamiento subterráneo en la misma plaza. Aunque fueron muchas las intervenciones creativas que le precedieron, y que se encuentran recogidas en el Gran Pollo de la Alameda, ésta alcanzó una dimensión social hasta el momento desconocida, traspasando los propios límites de la Alameda y su entorno como había ocurrido hasta entonces. Este hecho generó la puesta en conocimiento de los propios conflictos que estaban denunciando, provocando la buscada sensibilización de la masa social crítica.

El motivo principal de esta intervención, era expresar la negativa al parquín, pero de igual modo, no dejó de lado otras reivindicaciones como la falta de participación en los procesos de gestión municipal, la ocultación de los planes previstos por el ayuntamiento para el paseo, o la tala de indiscriminada de los árboles de la Alameda bajo la autorización de un informe poco riguroso.

Pero la intervención no sólo se basó en la colocación de tres instalaciones en las copas de plataneros del extremo norte de la plaza. Villardilla, promovida por la Plataforma Alamedaviva que había tomado el testigo de la Plataforma contra el aparcamiento, consistió en construir una pequeña ciudad autónoma en el interior del bosque alamedero. Fue el resultado de lo múltiple, y que enfatizado por su sentido lúdico y resistente, provocaba que sólo el hecho de estar allí te hiciera sentirte parte de aquello 1.

Durante las dos semanas que duró la acción, esta zona del paseo de la Alameda se convirtió en su epicentro. Se sucedían debates, experiencias, acciones que integraban distintas visiones y pensamientos, desde movimientos okupas, ecologistas, redes feministas, plataformas pro Alameda, asociaciones de vecinos menos institucionalizadas, hasta arquitectos o políticos no involucrados en los procesos de lucha de la Alameda. Esto generó un foro propicio desde donde informó la plataforma de sus reivindicaciones. Pero Villardilla también era cine de verano, taller de decoración de árboles, cuentacuentos, juegos para niños, lectura de poesía, actuaciones de flamenco, …

Habría que destacar la estrategia de comunicación en medios, algo que tenía especial relevancia ya que se intentaba llegar al máximo número de personas posible, a pesar de los peligros que esto tenía por el tratamiento simplista que los medios podían llegar hacer. Para evitarlo implantaron distintos protocolos para conseguir contar distintas historias personales, vidas de vecinos de la Alemeda, de usuarios nocturnos, de paseantes de domingo de mercadillo. En definitiva buscaban abarcar la máxima amplitud espectral de “habitantes” de la Alameda. Con ello evitaban monopolizar demandas concretas, dejando la Plataforma Alamedaviva en un segundo plano, en pro del resto de personas que habitan de una forma u otra la Alameda, entretejiendo así relaciones de empatías y futuras posibles alianzas.

Esta acción, consiguió alterar la cotidianidad de su entorno mientras duró el llamado “alzamiento”, dando respuesta a una situación urbana concreta, por medio de una suma de actuaciones imaginativas e inesperadas. Es por estos motivos que consideramos VILLARDILLA una intervención creativa.

1 AAVV. El Gran Pollo de la Alameda. Consejo de Redacción del Gran Pollo de la Alameda, Sevilla, julio 2006. pag290.

Fuentes
Entrevistas a: Santiago Barber, coordinador de El Gran Pollo de la Alameda; Iban Díaz, Geógrafo.

Bibliografía y recursos de internet
AAVV. El Gran Pollo de la Alameda. Consejo de Redacción del Gran Pollo de la Alameda, Sevilla, julio 2006.
http://www.elgranpollodelaalameda.net/

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Fotografías: Recetas Urbanas, Archivo El Gran Pollo de la Alameda